WILHELM REICH Y EL YOGA
FUNDAMENTOS DEL SISTEMA DE CENTROS DE ENERGIA

WILHELM REICH: "La coraza muscular"

Reich, médico, psiquiatra y psicoanalista austriaco, discípulo inicial de Freud, introdujo en la psicoterapia el concepto de “coraza muscular”: una “tensión muscular crónica” que compromete la musculatura profunda; toda coraza es un freno a la libre circulación de la energía. Y guarda una relación de identidad con la “coraza del carácter”. Las corazas musculares son defensivas porque limitan nuestro sentir para protegernos de las experiencias dolorosas de la vida. El Dr. Hugo Ardiles toma este concepto y lo desarrolla para aplicar en el área del movimiento de centros de energía, el masaje -correctivo profundo- y la lectura del cuerpo, desarrollando una modalidad de trabajo corporal específica para los distintos tipos de coraza en relación a los centros de energía.

Estas corazas energéticas constituyen un freno a la libre circulación de energía; tarde o temprano terminan produciendo contracturas, dolor y dificultades de movimiento además de infelicidad. Las corazas contienen la energía de la emoción frenada, aflojarlas con el movimiento y el masaje ayuda a liberar estas memorias y a tomar contacto con las emociones frenadas. Estas emociones almacenadas en el los tejidos, en los músculos, en los órganos contienen una historia que ha quedado congelada y desconectada de la conciencia.

“Lo no dicho, lo no llorado, el enfado que aguanté, las ideas negativas con respecto a mí mismo y al mundo”. Esta represión se transforma en tensión muscular y va dando forma a nuestro cuerpo, lo que desemboca en lo que llamamos la Postura Corporal: un modo psicofísico de estar en la vida, de movernos, de respirar, de sentir, de relacionarnos, de actuar, de pensar.

Las corazas se van disolviendo poco a poco al movilizar la energía retenida, lo que produce una limpieza de todo nuestro sistema energético, que incluye lo emocional y mental produciendo una sensación de libertad, bienestar y gracia.

EL YOGA Y LOS CENTROS DE ENERGÍA

El Yoga, desde hace más de 2000 años nos habla de la existencia de los centros de energía. La energía vital o prana, circula por una complejísima red de tubos o canales de materia sutil que reciben el nombre de nadis y que nosotros denominamos “líneas de energía”. Pero además de circular por estos nadis, la energía pránica se acumula en unas estaciones o depósitos a los que se le da el nombre de “chakras” (“ruedas” en sánscrito), constituyendo verdaderos acumuladores, transformadores y distribuidores de energía.

Estos “centros” son los puntos de contacto de las estructuras sutiles con el cuerpo físico, por lo que son también verdaderos centros de conciencia, y que la medicina clásica ha homologado con los plexos nerviosos del Sistema Nervioso Neurovegetativo.

Según el Yoga, hay siete centros de energía principales distribuidos a lo largo de la columna vertebral que se comportan como una “unidad funcional”. Cada Chakra comprende un grupo de órganos, una glándula endocrina y un sector muscular coordinados por una porción del sistema nervioso central y un plexo del sistema neurovegetativo.

La distribución de energía depende de estos “centros” cuyos modos de funcionar hará que predominen determinadas funciones fisiológicas y determinadas cualidades psíquicas. Esta predominancia de unos aspectos y cualidades a expensas de otras más debilitadas o ausentes condiciona los modos de circulación de energía y afecta nuestra salud física y mental.

Uno de los objetivos de nuestro trabajo es promover, con el movimiento y el masaje, una nueva distribución de energía y una nueva alineación que devuelva al cuerpo la unidad que se ha roto por los bloqueos energéticos y emocionales y recuperar el contacto con la Conciencia de Unidad. Restablecer el equilibrio psico-físico, la salud y la sensación de bienestar.